Gracias a seopan vemos esta triste noticia. Triste por el numero de arquitectos parados, pero al menos hay una salida. Conozco personalmente algunos aprendiendo aleman, pero...¿Quien sabe chino?. Haceros notar el salario.1.100 €. Seguramente en China es un esplendido salario, pero me hace reflexionar sobre si en España los salarios no están por encima de nuestras posibilidades, no solo de los empresarios, sino del pais.
Luis Balaguer nunca imaginó poder participar en un diseño tan ambicioso. Ante la mirada de este arquitecto madrileño, de 26 años, se alza la maqueta de un complejo de oficinas gubernamental de alrededor de 120.000 metros cuadrados destinado a Wuhan, una ciudad en plena explosión desarrollista, aunque desconocida fuera de China a pesar de sus más de cinco millones de habitantes.
“Proyectos de esta envergadura, hoy en día, sólo se pueden hacer en China”, dice Balaguer, que destaca el nivel de responsabilidad que ha adquirido en tan poco tiempo en el país asiático, lo que le hubiera resultado imposible en España. La obra, que empezará en octubre, estará finalizada en menos de dos años, según las previsiones de Ching-Chyi Yang y Zhonggui Zhao, socios de Zephyr, el estudio de arquitectura de Pekín donde Balaguer trabaja desde hace nueve meses.Después de acabar su licenciatura en la Universidad San Pablo CEU en 2010, Balaguer empezó a buscar trabajo fuera de España a través de páginas webs internacionales. Y no tardó en encontrarlo en China. Es el primer arquitecto extranjero que entra como fijo en la plantilla de Zephyr. Cobra unos 1.100 euros al mes.
Sinónimo de éxito
Zephyr, un estudio fundado en 2006, tiene algunas de las características que son sinónimo de éxito en China: relaciones sólidas en el país, sumadas a una excelente formación en el extranjero. Yang (de origen taiwanés) y Zhao se conocieron cursando un máster en la Universidad de Yale. Este último fue, a su vez, compañero de Dong Fu (el tercer socio fundador) en la Universidad Tsinghua de Pekín, uno de los centros más reputados de China.Lo que buscan estos estudios en los arquitectos occidentales son cualidades de las que carecen, en muchos casos, los recién licenciados chinos. “En Europa y EEUU se fomenta más el pensamiento creativo y el trabajo en equipo”, asegura Zhao. “El sistema educativo es muy diferente. En EEUU te preparan para la profesión, mientras que en China te enseñan mucha técnica, pero no a pensar”, afirma Yang.El caso de Balaguer no es, ni mucho menos, único. Sólo a Pekín han llegado decenas de arquitectos españoles desde el inicio de la crisis en 2007. El descalabro inmobiliario español ha situado el paro del colectivo en el 32% a finales de 2010, según datos del Sindicato de Arquitectos, que también destaca que el 72% del gremio está pensando en buscar trabajo fuera del país.Carmen Sánchez, madrileña de 26 años, es una de los que se lo pensó. Se licenció también en el CEU en mayo de 2010 y lleva dos meses y medio en Pekín haciendo prácticas en el estudio Sparch, de origen británico, por las que cobra unos 750 euros al mes. Si todo va bien, en seis meses pasará a formar parte de la plantilla fija de la firma. “Mi idea era quedarme en España, pero de mis compañeros de curso de la universidad no hay ninguno trabajando allí; están todos estudiando un máster o en el paro”, explica.Otro que huyó de la crisis fue Daniel Montes, de 27 años. Pero no de la española, sino de la de EEUU. Licenciado en la Politécnica de Madrid en 2008, cursó después un máster en la Universidad de Columbia, tras el cual intentó infructuosamente encontrar trabajo en EEUU. La tarea, en cambio, sólo le llevó tres semanas en China, tiempo suficiente para recibir seis ofertas en firme. En agosto de 2010 desembarcó en Cantón y desde enero de 2011 trabaja en Pekín, en una firma americana llamada RTKL.
Prisa por urbanizar
La escala y la velocidad de la trasformación urbanística de China deja boquiabiertos a los propios profesionales. Y todavía más las perspectivas. China aún tiene frente a sí el reto de completar el mayor proceso de urbanización de su historia. Actualmente, la mitad de la población, 700 millones de personas, sigue viviendo en el campo. La consultora Mckinsey prevé que de aquí a 2025 unos 350 millones de habitantes abandonen el ámbito rural y se conviertan en ciudadanos urbanos, lo que supone una enorme presión para construir vivienda, infraestructuras, servicios públicos y locales comerciales.Esta transformación ha atraído desde hace años a los estudios norteamericanos y europeos, que se cuentan por centenares en el país. De hecho, muchos de los edificios más emblemáticos de la nueva China han sido diseñados por extranjeros. Montse Salart, analista de mercado de la Oficina Comercial de España en Pekín, calcula entre 10 y 15 los estudios españoles que han establecido oficina en China o que están en el proceso de hacerlo. Suelen ser arquitectos consagrados en España, pero a los que la crisis ha empujado a buscar fortuna en Asia.
“Proyectos de esta envergadura, hoy en día, sólo se pueden hacer en China”, dice Balaguer, que destaca el nivel de responsabilidad que ha adquirido en tan poco tiempo en el país asiático, lo que le hubiera resultado imposible en España. La obra, que empezará en octubre, estará finalizada en menos de dos años, según las previsiones de Ching-Chyi Yang y Zhonggui Zhao, socios de Zephyr, el estudio de arquitectura de Pekín donde Balaguer trabaja desde hace nueve meses.Después de acabar su licenciatura en la Universidad San Pablo CEU en 2010, Balaguer empezó a buscar trabajo fuera de España a través de páginas webs internacionales. Y no tardó en encontrarlo en China. Es el primer arquitecto extranjero que entra como fijo en la plantilla de Zephyr. Cobra unos 1.100 euros al mes.
Sinónimo de éxito
Zephyr, un estudio fundado en 2006, tiene algunas de las características que son sinónimo de éxito en China: relaciones sólidas en el país, sumadas a una excelente formación en el extranjero. Yang (de origen taiwanés) y Zhao se conocieron cursando un máster en la Universidad de Yale. Este último fue, a su vez, compañero de Dong Fu (el tercer socio fundador) en la Universidad Tsinghua de Pekín, uno de los centros más reputados de China.Lo que buscan estos estudios en los arquitectos occidentales son cualidades de las que carecen, en muchos casos, los recién licenciados chinos. “En Europa y EEUU se fomenta más el pensamiento creativo y el trabajo en equipo”, asegura Zhao. “El sistema educativo es muy diferente. En EEUU te preparan para la profesión, mientras que en China te enseñan mucha técnica, pero no a pensar”, afirma Yang.El caso de Balaguer no es, ni mucho menos, único. Sólo a Pekín han llegado decenas de arquitectos españoles desde el inicio de la crisis en 2007. El descalabro inmobiliario español ha situado el paro del colectivo en el 32% a finales de 2010, según datos del Sindicato de Arquitectos, que también destaca que el 72% del gremio está pensando en buscar trabajo fuera del país.Carmen Sánchez, madrileña de 26 años, es una de los que se lo pensó. Se licenció también en el CEU en mayo de 2010 y lleva dos meses y medio en Pekín haciendo prácticas en el estudio Sparch, de origen británico, por las que cobra unos 750 euros al mes. Si todo va bien, en seis meses pasará a formar parte de la plantilla fija de la firma. “Mi idea era quedarme en España, pero de mis compañeros de curso de la universidad no hay ninguno trabajando allí; están todos estudiando un máster o en el paro”, explica.Otro que huyó de la crisis fue Daniel Montes, de 27 años. Pero no de la española, sino de la de EEUU. Licenciado en la Politécnica de Madrid en 2008, cursó después un máster en la Universidad de Columbia, tras el cual intentó infructuosamente encontrar trabajo en EEUU. La tarea, en cambio, sólo le llevó tres semanas en China, tiempo suficiente para recibir seis ofertas en firme. En agosto de 2010 desembarcó en Cantón y desde enero de 2011 trabaja en Pekín, en una firma americana llamada RTKL.
Prisa por urbanizar
La escala y la velocidad de la trasformación urbanística de China deja boquiabiertos a los propios profesionales. Y todavía más las perspectivas. China aún tiene frente a sí el reto de completar el mayor proceso de urbanización de su historia. Actualmente, la mitad de la población, 700 millones de personas, sigue viviendo en el campo. La consultora Mckinsey prevé que de aquí a 2025 unos 350 millones de habitantes abandonen el ámbito rural y se conviertan en ciudadanos urbanos, lo que supone una enorme presión para construir vivienda, infraestructuras, servicios públicos y locales comerciales.Esta transformación ha atraído desde hace años a los estudios norteamericanos y europeos, que se cuentan por centenares en el país. De hecho, muchos de los edificios más emblemáticos de la nueva China han sido diseñados por extranjeros. Montse Salart, analista de mercado de la Oficina Comercial de España en Pekín, calcula entre 10 y 15 los estudios españoles que han establecido oficina en China o que están en el proceso de hacerlo. Suelen ser arquitectos consagrados en España, pero a los que la crisis ha empujado a buscar fortuna en Asia.
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