Las provincias
«Se ha reducido el mercado para revender el inmueble una vez se ha adjudicado»
La crisis lo intoxica todo. Incluso llega a los lugares acotados antes para el chollo, el negocio fácil y el beneficio abultado. El último ejemplo, las subastas de inmuebles en los juzgados de Valencia. Prácticamente no se vende nada.
El 60% de las subastas que se han celebrado este año en los juzgados de Valencia han quedado desiertas, es decir, nadie ha pujado por las viviendas, según los datos facilitados por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat. La mayoría de estos procesos, alrededor del 90% o 95% se corresponden con pisos, aunque también se pueden encontrar plazas de garaje y locales.
Antes, en los años de bonanza, pocos inmuebles salían a la venta en esta modalidad. Ahora, esta estadística se ha disparado. «Ahora casi todas las semanas se celebran subastas», tal y como confirmaron procuradores consultados por LAS PROVINCIAS. Por ejemplo, sólo en septiembre se señalaron 239 subastas.
Los datos facilitados por el decanato de los jueces también confirman la misma tesis. El número de los expedientes registrados desde el año 2006 hasta la fecha no ha dejado de crecer. Si en el primer año de la serie estadística apenas se alcanzaban los 400, en 2010 ya se superan los 1.400 expedientes. Y eso que los datos sólo incluyen hasta septiembre. Todavía quedan varios meses para cerrar el ejercicio. Además, en estos casos hay que tener en cuenta que un mismo expediente puede englobar varios bienes a subastar.
¿Cuál es el motivo de este descenso en el número de adjudicaciones? Se puede explicar desde dos factores, aunque ambos desembocarían en la idea de que ya no es negocio. «Pues no existe un mercado para deshacerse posteriormente del inmueble», apuntan las fuentes consultadas. Desde que un subastero compra el piso hasta que consigue venderlo «puede pasar muchísimo tiempo».
Además, añaden otras circunstancias que inciden en el precio. «La adjudicación debe realizarse por al menos la mitad del valor de tasación». Y ahora, los pisos que llegan a subasta proceden de inmuebles comprados durante la época de crecimiento «con hipotecas muy recientes y tasaciones mucho más altas que hace unos años», explicaron. Esto incide directamente sobre el margen de beneficios de los interesados, un grupo más o menos cerrado de aproximadamente una treintena de personas en Valencia.
Hace dos semanas, en la Ciudad de la Justicia, comentaban el caso de un inmueble en una conocida avenida de Valencia que había salido por unos 200.000 euros. Finalmente, nadie se lo quedó. En otros años, sin duda, hubiera sido objeto de deseo.
La adjudicación de pisos comenzó a resentirse hace algún tiempo. Si en 2008, era un 33% el porcentaje de procesos sin comprador, ahora alcanza el 59%. En el mismo sentido, las adquisiciones han caído de igual forma en el mismo periodo. De casi un 30%, a un 15%.
El resto de subastas fueron suspendidas, alrededor de un 25%. «Normalmente se debe a un fallo en la notificación al afectado o también puede ser porque en el último momento se salda la deuda».
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