martes, 17 de mayo de 2011

Guinea. Una oportunidad que habla castellano.

Aqui hay negocio para la construcción, y en nuestro idioma. Un país con un importante plan de inversión para reducir su dependencia de las exportaciones de petroleo, con ingresos garantizados gracias a esas exportaciones, con gran parte de sus infraestructuras por ejecutar y con facilidades para implantarse es una oportunidad que no hay que dejar escapar.

Guinea Ecuatorial ha logrado encadenar ritmos de crecimiento anuales del PIB de en torno al 30%, hasta unos 12.300 millones de dólares en 2010 (datos del FMI), evolución que contrasta con el parón de la economía en la mayoría de países considerados 'desarrollados'. La clave para lograr este desarrollo ha sido el petróleo, que aporta actualmente el 73,4% del PIB real del país y el 98,7% de las exportaciones.
Pero Guinea es consciente de que las reservas de crudo acabarán agotándose. Por ello, el plan estratégico del país en materia económica  contempla como punto clave la diversificación del tejido industrial y las fuentes de trabajo, para reducir su dependencia importadora. Sin embargo, Guinea Ecuatorial aún adolece de una falta de recursos de formación, conocimiento y tecnológicos necesarios para afrontar con garantías el desarrollo del tejido industrial y la dotación de infraestructuras, servicios y bienes (tanto básicos como de equipo) que acompañen ese crecimiento.

Los pioneros españoles en esta aventura destacan, entre las ventajas de invertir en Guinea frente a otros países tres: la cercanía cultural, el idioma (el español es la lengua oficial de Guinea) y un sistema legislativo muy similar.   Además, existen en vigor acuerdos firmados entre el Gobierno de España y el de Guinea Ecuatorial, que dan a las empresas españolas ventajas en materia fiscal, además de establecer un sistema de arbitraje internacional para la resolución de conflictos, en caso de que se produzcan.
Sectores con más oportunidades
Una de las principales bazas del país es su posición geográfica, en el Golfo de Guinea, que, junto con sus relaciones económicas y políticas consolidadas con los países del entorno convierte a Guinea en una puerta de entrada al África Central. De hecho, una de las principales apuestas del plan estratégico guineano es convertirse en un punto de conexión de mercancías y pasajeros desde Europa y América hacia los diferentes países centroafricanos. Por ello planea aumentar la capacidad de los dos actuales aeropuertos y construir tres más, ampliar los tres principales puertos, así como construir carreteras y autopistas. Está prevista también la construcción de una red de ferrocarril. La participación y peso del sector constructor serán, por lo tanto, fundamentales.
Además de estas infraestructuras, se están desarrollando edificios públicos (de uso administrativo y social), redes de agua y saneamiento, presas, viviendas y áreas de negocio. Están en proyecto ciudades enteras, como Malabo II y Malabo III, con todos sus servicios. La construcción ha pasado de aportar el 4,2% del PIB en 2002 al 20% en 2010.
Una de las empresas españolas en Guinea es la constructora valenciana Díaz Sala, que ha constituido una firma en el país africano, Disaba, en la que controla el 51% del capital (el resto se divide entre varios socios guineanos). La firma opera en Guinea desde principios de año y tiene ya dos proyectos de rehabilitación en marcha, uno en Malabo y otro en una pequeña localidad en la parte continental de Guinea. "Nos vamos a centrar sobre todo en proyectos singulares, con estructuras especiales, que necesitan cierta cualificación técnica. Hemos empezado a operar en obra pública, pero la intención es entrar también en el sector privado y la promoción". Díaz Sala, que factura unos 20 millones de euros en España, está presente también en Francia y en Argelia.
"No existen suficientes empresas proveedoras de materiales de construcción; el hormigón se hace de manera artesanal en la propia obra, y el desarrollo urbanístico es prácticamente nulo. La arquitectura es muy precaria y cada cual se diseña su casa o su negocio. De las diferentes regiones, incluido el mercado asiático, aquí es donde más cosas se pueden hacer", asegura Javier Martínez, arquitecto de 42 años que acaba de llegar al país contratado por dos empresas nacionales.
s prospecciones".
En otros ámbitos, periódicamente el propio Gobierno guineano abre pública convocatoria de proyectos de construcción de plantas productivas para captar respaldo exterior. De esta manera, se han desarrollado instalaciones como fábricas de papel, de medicinas, de cerámica, de conservación de productos del mar o plantas de tratamiento de residuos industriales y orgánicos.
Para facilitar la presencia directa en el país de compañías internacionales, en las áreas de negocio, como Malabo II, el suelo se está vendiendo a las empresas a un precio de un euro por metro cuadrado.
En Guinea tienen presencia directa la Cámara de Comercio española, el Icex y la Embajada cuenta con una Oficina Económica y Comercial. ¿A que estamos esperando?

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