Esta noticia de Cotizalia, que reproduzco a continuación, me provoca una reflexión triste pero seguramente exacta. Mas que triste, cruel. Aparece GAM en los medios fruto sin duda de su notoriedad (cotiza en bolsa) pero su situación no es diferente a la de muchas empresas del sector alquiler de maquinaria, no por menos conocidas en mejor momento. Esas hermanas pequeñas no tienen detrás fondos de inversión, ni inversores conocidos, ni desde luego tienen que hacer frente a una emisión de bonos convertibles, pero están en una situación igual de inostenible. Seguramente muchas de las que han cerrado estaban en mejor situación y no son más que un número en la estadistica de concursos, de ERES y demás. Que lástima de tejido industrial destruido, de buenos trabajadores en la calle sin mercado para recolocarse, y de esfuerzos de pequeños empresarios por levantar sus empresas.
General de Alquiler de Maquinaria (GAM) se aproxima al abismo del precipicio. La empresa participada por Effibank, Banca Cívica, Novacaixagalicia, N+1 y Gonzalo Hinojosa ha pedido a la banca una nueva reestructuración de la deuda apenas seis meses después de firmar la anterior, al incumplir con su plan financiero. Sus acciones cotizan al nivel más bajo de su historia tras sufrir ayer el mayor derrumbe (-18%) en sus cinco años de trayectoria bursátil.
El desplome de este lunes se debe a los malos resultados del primer semestre del año, periodo en el que la empresa asturiana perdió más de 42 millones de euros, con un Ebitda o beneficio operativo de cuatro millones. Pero sobre todo a que en el comunicado que remitió el pasado viernes por la noche a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) admitía que no podía hacer frente a los compromisos con sus acreedores firmados el pasado 1 de febrero.
Ese día, GAM acordó con el 86% de los bancos a los que debía unos 475 millones de euros retrasar el pago de los intereses de sus créditos que vencían en 2011 y 2012. En total, 118 millones cuyo abono se difería entre 2013 y 2016. Sin embargo, apenas seis meses después, el grupo industrial reconoce que, “como consecuencia de la mala evolución del mercado en el que opera en España, se ha producido una desviación respecto al plan de negocio previsto”.
Por ese motivo, se encuentra en “conversaciones con sus principales acreedores financieros con el objeto de acordar una reestructuración de la deuda que permita establecer un calendario de pagos acorde con la situación de mercado”. El grave problema para GAM es que esta sería el tercer aplazamiento de su deuda, ya que en agosto de 2009, hace ahora dos años, ya pidió árnica a la banca ante su incapacidad para hacer frente a sus obligaciones.
Fuentes próximas al grupo admiten que la situación es “insostenible” y dudan de que los acreedores accedan a una nueva demora. En la última refinanciación, la de febrero de este año, un 14% de los bancos rechazó alargar los plazos de pago. Además, las mismas fuentes añaden que la empresa ya se ha comido la ampliación de capital de 24,68 millones de euros que suscribieron todos los accionistas de referencia a principios de 2010, a 2,65 euros.Pérdidas de más del 90%
Entre ellos están muchas cajas. Cajastur y Caja Cantabria, unidas ahora en Effibank, controlan un 10% en total; Banca Cívica dispone de un 9%, y Novacaixagalia y BBK, un 5% cada una. Como inversores financieros también se encuentran Gonzalo Hinojosa, exdueño de Cortefiel, con otro 5,4%, y QMC, un fondo de capital riesgo dirigido por N+1 y Dinamia, propietario del 4,5%. Desde la gran inversión que hicieron en 2007, cuando compraron el 20% por 195, han perdido el 94,5% de lo desembolsado.
La situación es desesperanzadora si además se tiene en cuenta que el 20 de agosto de 2012 tiene que hacer frente al vencimiento de una emisión de bonos convertibles de 150 millones. La ecuación de canje es de una acción por 33,45 euros, por lo que es improbable que ningún bonista lo ejerza. En ese caso, GAM tendrá que duplicar, hasta el 5,25%, la rentabilidad del activo, lo que le costará varios millones a una ya de por si muy tocada GAM.
La empresa anunció a mediados de mayo que estaba en conversaciones con HUNE, su principal competidor, para una posible fusión. Pero desde aquel momento no ha habido progresos. HUNE también pasó por momentos muy delicados que la llevaron a la quiebra técnica, hasta el punto de que su mayor accionista, Advent, se la vendió al equipo directivo por 1 euro en diciembre de 2009.
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