viernes, 6 de mayo de 2011

La producción de hormigón baja a mínimos desde el inicio del 'boom' inmobiliario

Malas noticias desde Cotizalia. Este sector lo tiene complicado, ya que su producto es casi exclusivamente aplicable a la construcción de nuevas viviendas o infraestructuras, y es perecedero,  por lo que debe ser consumido en obras que existan en un radio determinado de la planta de producción y por supuesto no se puede exportar. . Con esos descensos en la producción entre el 2.009 (que no fue el mejor año para el sector) al 2.010, menudas prespectivas le esperan.¿Que hubiera pasado si esas estadisticas de producción y de destrucción de empleo fueran de otro sector, como el automovil?

El sector del hormigón no levanta cabeza. Así lo expone la Asociación Nacional Española de Fabricantes de Hormigón Preparado (ANEFHOP), quien ha anunciado que la producción de las empresas del sector -de las que la asociación representa al 80%- descendió un 21,6% en el año 2010 hasta los 31,2 millones de metros cúbicos, desde los 39,8 millones del año previo. De acuerdo a los datos facilitados por la patronal, las cifra se aproxima a niveles de 1997 -comienzos del 'boom' inmobiliario-, al tiempo que acumula un retroceso del 57,43% desde los máximos de 73,3 millones de metros cúbicos producidos en 2006.
En la presentación de las cifras pertenecientes al último año, el director general de ANEFHOP, Javier Martínez de Eulate, lamentó que el descenso de la producción se haya traducido en pérdidas de empleo y cierre de plantas de producción. En relación al número de personas a las que ocupa el sector, la cifra asciende en la actualidad a unos 16.000 trabajadores, aunque "el número de empleos descendido en 10.000 unidades desde el comienzo de la crisis financiera global". Por otro lado, aunque la clausura de plantas no ha sido tan abrupta como la del indicador anterior, el dato también ha experimentado un retroceso: en el último año, el número de centrales ha disminuido a 495 desde las 509 del ejercicio anterior, según datos facilitados por el directivo.
Entre las preocupaciones más destacado del sector se encuentra el incumplimiento de los plazos de pago, muy superiores a lo permitido por la Ley de Morosidad (Ley 15/2010). Así, a pesar de que, en la mayor parte de los sectores, el plazo de cobro medio se encuentra muy lejos de los niveles planteados en el marco legal, el sector de la construcción es donde más se incumplen los pagos. El retraso se incentiva cuando hay una administración pública implicada, un aspecto que aumenta el problema, ya que las instituciones públicas representan un 80% de la cartera del sector. En la última encuesta sobre morosidad se expuso que, si se trata de pagar a constructoras y empresas relacionadas con el sector, los entes públicos se retrasan unos 81 días de media con respecto a los acuerdos pactados y 113 días más con respecto a los plazos exigidos por la Ley.
Sin embargo, a pesar del declive, el sector mantiene un punto de vista optimista en la importancia de su actividad. Desde la asociación se considera que España puede y debe generar riqueza y empleo a través de la construcción. Así lo explica el presidente de ANEFHOP, José Uriol, quien considera que las empresas vinculadas al hormigón "tenemos espacio y oportunidades para seguir evolucionando y aportando valor". A pesar de ello, la asociación no se muestra halagüeña con las previsiones para el año 2011, ya que prevé que su industria continúe cayendo durante este año  a tenor del declive experimentado por los datos de consumo de cemento, los visados de viviendas y los contratos de licitación pública en España, que esperan que prosigan con su tendencia a la baja.
Entre las propuestas desde ANEFHOP para impulsar las cifras, Javier Martínez de Eulate José Uriol han insistido en lo óptimo que sería la utilización del hormigón para la construcción de nuevas carreteras. Así, ambos directivos han precisado que hacer uso de este material constitye una buena alternativa respecto al asfalto ya que resulta más eficiente y durable [se estima que su ciclo de vida se prolonga a 30 años], permite ahorrar combustible a los usuarios y, con los actuales precios del petróleo, el comparativo de coste de construcción entre ambas soluciones se aproxima sensiblemente. A su vez, remarcan que la utilización de esta materia prima va "en pro del ciudadano por aportar un valor añadido en términos de seguridad" y denuncian que "la obligación de construir en hormigón en túneles no se cumple", lo que repercute de forma negativa en el sector.

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